Negar que hoy por hoy Almería es una de las provincias económicamente más pujantes de Andalucía seria faltar a la verdad, pero cierto es que en los últimos meses estamos asistiendo a un nuevo fenómeno, la “Arenasmanía”.
El individualismo ha demostrado ser el peor azote del Partido Popular en nuestra provincia, no es necesario recordar cuantos han abandonado la protección del partido creyendo ser los reyes del mundo, incluso viéndose algún día en el mismísimo Congreso. Esta idea ha demostrado ser falsa, nos remontamos a las noticias publicadas en los últimos días, por un lado, concejales escindidos volvían al seno del partido tras luchar en balde contra el narcisismo magnánimo de su “cabecilla”; por otro, vemos como aquellos grupos presididos por antiguos miembros del Partido Popular reciben inmensos varapalos en las encuestas, encontrándose incluso al borde de la extinción.
Habiendo superado todas esta vicisitudes Almería puede proclamarse en las próximas elecciones como motor ideológico de Andalucía, impulsando así una alternancia en el poder que alcanza ya la categoría de emergencia Autonómica. El carácter almeriense sea quizás la razón de este cambio, una mentalidad más decidida y menos conformista que la del resto de Andalucía pueden hacer despertar de su letargo a la región entera.
Sin duda alguna, la bonanza económica y social de los pueblos almerienses gobernados por el grupo popular, la continua marginación que sufre Almería en infraestructuras, las promesas incumplidas, el desgate sufrido por la actual administración y el protagonismo que esta alcanzando el candidato popular hacen presagiar que en las próximas elecciones el señor Chaves puede ir pensando en cobrar su prolija pensión, quince veces mayor que la media Andaluza.