Dicen los más antiguos que este año está lloviendo más que nunca, escuchamos a diario que los embalses están desalojando continuamente agua por encontrarse colmados, erróneamente podríamos pensar que con la lluvia caída en los últimas semanas tendríamos suficiente para meses sin preocupaciones, pero la realidad es bien diferente.
Lo que ocurre en Almería es realmente triste, las infraestructuras hídricas por excelencia, pantanos y pantanetas, se encuentra totalmente olvidados en nuestra provincia, de no ser por el aprovechamiento que realizan de forma natural los acuíferos que nos rodean, podríamos decir que toda esta agua se está echando a perder.
Dos son nuestros embalses, Benínar y Cuevas del Almanzora, pensarán ustedes que tendrán muchísima agua, pero aquí lo único que tiene demasiada agua es la balsa del sapo para malestar general de los agricultores.
El pantano de Benínar se encuentra al 42% de su capacidad, no es mala cifra, de no ser por las filtraciones que sufre y por las cuales pronto volverá a bajar de nivel, hace un año la Junta licitó un estudio "para ver qué pasaba", como siempre con la diligencia y rapidez a la que nos tienen aconstumbrados.
Si hablamos del embalse de Cuevas del Almanzora, hablamos de "muerte técnica", la Agencia Andaluza del Agua ni tan siquiera pública datos sobre él y otras fuente lo situan al 2% de capacidad, es decir, barro.
Cuando el ciclo cambie y volvamos a la sequía, echaremos de nuevo en falta el PHN y algunas lumbreras pensarán en llevarse el agua que "sobra" de Almería a Cataluña...
Por lo tanto, antes de decir que "este año estamos hartos de migas" y a pesar de que en los núcleos urbanos estemos un poco cansados de tanto charco -ya sabemos que en nuestra tierra el agua cae "de mala manera"- conviene reflexionar sobre nuestras reservas hídricas.
Lo que ocurre en Almería es realmente triste, las infraestructuras hídricas por excelencia, pantanos y pantanetas, se encuentra totalmente olvidados en nuestra provincia, de no ser por el aprovechamiento que realizan de forma natural los acuíferos que nos rodean, podríamos decir que toda esta agua se está echando a perder.
Dos son nuestros embalses, Benínar y Cuevas del Almanzora, pensarán ustedes que tendrán muchísima agua, pero aquí lo único que tiene demasiada agua es la balsa del sapo para malestar general de los agricultores.
El pantano de Benínar se encuentra al 42% de su capacidad, no es mala cifra, de no ser por las filtraciones que sufre y por las cuales pronto volverá a bajar de nivel, hace un año la Junta licitó un estudio "para ver qué pasaba", como siempre con la diligencia y rapidez a la que nos tienen aconstumbrados.
Si hablamos del embalse de Cuevas del Almanzora, hablamos de "muerte técnica", la Agencia Andaluza del Agua ni tan siquiera pública datos sobre él y otras fuente lo situan al 2% de capacidad, es decir, barro.
Cuando el ciclo cambie y volvamos a la sequía, echaremos de nuevo en falta el PHN y algunas lumbreras pensarán en llevarse el agua que "sobra" de Almería a Cataluña...
Por lo tanto, antes de decir que "este año estamos hartos de migas" y a pesar de que en los núcleos urbanos estemos un poco cansados de tanto charco -ya sabemos que en nuestra tierra el agua cae "de mala manera"- conviene reflexionar sobre nuestras reservas hídricas.
