Muchos de los que siguen la actualidad política española podrán pensar que el Partido Socialista tiene tantas escisiones "no declaradas" que ni tan siquiera el amigable aunque algo sospechoso presentador de bricomanía sería capaz de dar consistencia a tal amasijo de corrientes ideológicas; la existencia de estas diferencias suponen para la mayoría de los partidos un hecho enriquecedor que aporta dinamismo al conjunto, pero en el caso socialista las posturas son tan alejadas que los puntos comunes en la base ideológica brillan por su ausencia.
Resulta paradójico que el Presidente del Gobierno reproche a Rosa Díez el hecho de presentar su apoyo moral a Pilar Elías mientras simultáneamente otorga el nivel de visionaria a la señorita Zabaleta.
El relativismo moral adolecido por los socialistas puede ser beneficioso en un aspecto, su décalogo es tan difuso que dos votantes con insalvables diferencias pueden votar al mismo partido según tengan en mente una persona u otra antes de insertar su papeleta.
Sigan ustedes confundiendo al electorado con su constante "juego a bandas" pero tengan en cuenta una cosa, áquel que juega a dividir puede conseguir un efecto desmesurado y hacer del PSOE una copia mala y moderada del ecosocialismo...
El relativismo moral adolecido por los socialistas puede ser beneficioso en un aspecto, su décalogo es tan difuso que dos votantes con insalvables diferencias pueden votar al mismo partido según tengan en mente una persona u otra antes de insertar su papeleta.
Sigan ustedes confundiendo al electorado con su constante "juego a bandas" pero tengan en cuenta una cosa, áquel que juega a dividir puede conseguir un efecto desmesurado y hacer del PSOE una copia mala y moderada del ecosocialismo...