Os relato la experiencia que en los últimos días he sufrido en primera persona, de la que supongo habrá cientos de casos parecidos y es que la fama que tiene el Hospital de Poniente sin duda alguna es merecida, con casos tan inusuales como el robo de bebés.
El pasado día 6, mi padre se da un golpe en la mano y por cercanía nos dirigimos a urgencias del Hospital Torrecárdenas, donde un traumatólogo valora entre realizar una operación por rotura de hueso o poner una escayola, finalmente optan por la segunda opción y le emplaza a pedir cita en el Hospital de Poniente diez días después para revisar la fractura.
Aquí comienza la odisea:
El día 16 acudimos al Hospital de Poniente a la revisión con el especialista, allí le piden una nueva radiografía y a tenor de los resultados, el traumatologo decide operarlo de urgencia ya que el hueso no está soldando como debería. Le emplaza a presentarse en Urgencias del Hospital de Poniente el viernes 17, a las 9.00h, en ayunas.
Día 17, nos presentamos en Urgencias a la hora indicada, a mi padre le ponen la bata de hospital, el suero y lo pasan a la sala de sillones. A medio día se marea por una bajada de azúcar y le cambian el suero. Pocas horas después le pasan a una habitación. A las 21.00h una enfermera se presenta en la habitación y le invita a marcharse del hospital, indicándole que vuelva a presentarse en Urgencias el sábado día 18.
Día 18, volvemos a Urgencias, intentan comenzar el mismo protocolo que el día anterior (suero y sala de sillones), a lo que nos negamos y pedimos hablar con el traumatólogo de guardia. El traumatólogo de guardia nos atiende, consulta el "planning" para el día y nos indica que, efectivamente, hoy le es imposible operar. Nos hace un documento de ingreso en el hospital para el Lunes día 20, que deberemos presentar en admisión. Nos advierte de que el Lunes sería imposible operarlo, pero que debería permanecer en planta para estar en disposición de ser intervenido en cualquier momento de la siguiente jornada.
Día 20 por la tarde, nos presentamos en admisión con el documento realizado por el traumatologo, no aparece el nombre en la lista de ingresos. Consultan el "planning" de intervenciones del día 21, tampoco aparece. La jefa de enfermeras de guardia llama al traumatólogo de guardia y éste se niega a realizar el ingreso de un paciente que no ha valorado él. Pedimos hablar con el máximo responsable del hospital en ese momento, aparece el jefe de servicio (un pediatra de guardia) que llama al móvil al jefe de servicio de traumatología (distinto al que había de guardia). El jefe de traumatología le indica al jefe de servicio que debemos volver a presentarnos el día 21 por la mañana en el hospital, para que durante la comisión de servicio matutina de traumatología, se valore nuevamente nuestra situación. Rellenamos una hoja de reclamaciones (en un intervalo de una hora que estuvimos en mostrador la pidieron tres veces más), adjuntando toda la documentación y nos volvemos a marchar.
Es patente que no es un caso de vida o muerte, que habrá casos muchos más urgentes, pero no es excusa para emplazar tres veces a un paciente para una supuesta operación que no se produce, con las consiguientes molestias y trastornos que produce.
Una pataleta más, de las muchas que habrá, en definitiva un hospital que no funciona como debería...